El sida (acrónimo de síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es una enfermedad que afecta a los humanos infectados por el VIH. Se dice que una persona padece de sida cuando su organismo, debido a la inmunodeficiencia provocada por el VIH, no es capaz de ofrecer una respuesta inmune adecuada contra las infecciones.
Cabe destacar la diferencia entre estar infectado por el VIH y padecer de sida. Una persona infectada por el VIH es seropositiva y pasa a desarrollar un cuadro de sida cuando su nivel de linfocitos T CD4, células que ataca el virus, desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre.
El VIH se transmite a través de los siguientes fluidos corporales: sangre, semen, secreciones vaginales y leche materna.
¿Qué provoca el SIDA?
El SIDA es provocado por el virus del VIH.
El VIH es un virus que ataca gradualmente las células del sistema inmunológico. Como el virus del VIH daña en forma progresiva estas células, el cuerpo se vuelve más vulnerable a las infecciones, las cuales son más difíciles de combatir. Se dice que una persona tiene SIDA cuando la infección por VIH está en un nivel muy avanzado. Pueden pasar años antes de que el VIH haya producido suficiente daño en el sistema inmunológico y que el SIDA se desarrolle.
¿Cuáles son los síntomas del SIDA?
A una persona se le diagnostica SIDA cuando ha desarrollado una afección o un síntoma relacionado con el SIDA. Lo anterior se denomina infección oportunista o cáncer relacionado con el SIDA. Las infecciones se denominan ‘oportunistas’ porque aprovechan la oportunidad que les ofrece un sistema inmunológico debilitado.
Es posible que a alguien se le diagnostique SIDA incluso si no ha desarrollado una infección oportunista. El SIDA se puede diagnosticar cuando el número de células del sistema inmunológico (células CD4) en la sangre de una persona VIH positivo se reduce a un cierto nivel.
¿El SIDA se puede tratar?
El tratamiento antirretrovírico puede prolongar el tiempo transcurrido entre la infección por VIH y la manifestación del SIDA. Las politerapias modernas son altamente eficaces, y una persona infectada con VIH que está recibiendo tratamiento podría vivir toda la vida sin desarrollar SIDA.
Un diagnóstico de SIDA no necesariamente equivale a una sentencia de muerte. Muchas personas aún pueden salir beneficiadas al comenzar una terapia antirretrovírica, incluso una vez que hayan desarrollado una enfermedad característica del SIDA. También se han desarrollado mejores tratamientos y medidas preventivas para las infecciones oportunistas a fin de mejorar la calidad y el tiempo de vida de las personas infectadas.
El tratamiento de algunas infecciones oportunistas es más fácil que aquel que se utiliza para otro tipo de infecciones. Las infecciones tales como el herpes zoster y la candidiasis de la boca, garganta o vagina, pueden tratarse en forma eficaz en numerosos entornos. Por otro lado, las infecciones más complejas, tales como la toxoplasmosis, deben tratarse con equipos e infraestructura médica de avanzada. Lamentablemente, muchas zonas de pocos recursos no cuentan con estos equipos.
También es importante que se proporcione tratamiento para lidiar con el dolor provocado por esta infección, el cual es experimentado por todas las personas que se encuentran en los niveles avanzados de la enfermedad.
¿Cuántas personas han muerto de SIDA?
Desde que se identificaron los primeros casos de SIDA en el año 1981, más de 25 millones de personas han muerto a causa de esta enfermedad.
Cómo brindarle ayuda a un infectado
En las etapas posteriores de la infección, el infectado necesitará cuidados paliativos y apoyo emocional. En muchas partes del mundo, los amigos, la familia y las organizaciones de lucha contra el SIDA proporcionan cuidados en el entorno doméstico. Éste es el caso en países con alta prevalencia de VIH y sistemas de salud colapsados.
El cuidado en la última etapa de la enfermedad se vuelve necesario. En esta etapa, la preparación para la muerte y el debate abierto acerca de si la persona va a morir, a menudo, contribuye con el tratamiento de determinadas cuestiones problemáticas y la garantía de que se respeten los deseos finales de la persona.
La epidemia mundial de SIDA
Alrededor de 2,6 millones de personas se infectaron en el 2009 y, en este mismo año, 2 millones de personas murieron de SIDA. África subsahariana es la zona más afectada por la epidemia. En el 2009, aproximadamente tres cuartos de las muertes por SIDA se produjeron en esta región.